lunes, 1 de julio de 2013

De faros y cruceiros. Por Asturias, Galicia y León....

No deja de sorprenderme nunca esta España nuestra.
Vaya por donde vaya, circule por donde circule, a cada metro de asfalto que dejo atrás hace que vaya grabando en mi disco duro particular cada lugar, rincón, color, montaña, pueblo, castillo...etc, con que me cruzo.



Voy pensando todo esto mientras -camino de la sidrera localidad de Nava- subo la ratonera, divertida y vistosa,  Faya Los Llobos. Estoy de regreso de un fin de semana por el litoral astur-galaico. Por lugares donde me crucé con sacrificados peregrinos en pos de una promesa, en pos de un reto personal. De visitar los restos de unas minas romanas y un castillo (chulisisisisimooo) templario.....



Pero vayamos por partes, como dijo el otro.....

1º Día. Cangas-La Coruña. 492 km.

Cuando subo la persiana y miro por la ventana, un grisáceo amanecer me da los buenos días. No me sorprende, pero no me agrada. Se, por la previsión de la meteo vista ayer, que el sol me acompañará al finalizar la jornada. O, al menos, eso espero.

Saco a Británica del garaje -ya preparada- y doy al contacto. Se despereza y  salgo sobre las 08:00 h.
Voy dirección a Ribadesella con intención de ganar tiempo al tiempo -y al orbayu que me moja levemente- para ir por la autovía hasta el primer destino del día.

Pasado Gijón, en la salida a Candás, tomo sentido hacia el cabo por excelencia asturiano: Cabo Peñas.

CABO PEÑAS.

Pese a la negrura, el cabo respeta al visitante, ofreciéndome una tregua poco antes de llegar respecto a la llovizna. Esa agua, escueta pero incómoda, que todo lo moja aquí por el norte peninsular.




Saco unas fotos de cabina en tres minutos, decía el otro, y me marcho del lugar para llegar a una industrial y renovada Avilés.

El siguiente destino será uno de los pueblos costeros mas bonitos del Cantábrico. Cudillero me recibe a la hora del comienzo del vermut. Ni blanco, ni de color, señor camarero...el Gelu se tira unas fotos y se pira para otro de los pueblos que, si vienes, no debes perderte.

CUDILLERO.





Luarca, no me digas el motivo me gusta mucho. Bueno, el motivo es fácil de saber, ya que tiene un acceso por una carretera que te baja hacia el pueblo, sobre acantilados y a los pies de la ermita de la Virgen Blanca. Me paro a tirar unas fotos, del bello templo y de los acantilados.

LUARCA.




Sigo bajando por la carretera que, en diversos emplazamientos, invita a parar y apreciar desde las alturas lo bello de la localidad..





Tras la visita, tomo de nuevo la carretera, parte de la vieja N-634 y parte de la menos vieja A8.
Sin darme cuenta paso el límite provincial con Lugo. Aquí comenzarán una serie de pueblos en los que no pararé por ya conocer en otra escapada que te conté.

VIVEIRO.




Llego a Viveiro, y tras retratar su amplia ría, tomo ruta para el siguiente destino. El punto mas al norte de la Península Ibérica: Estaca de Bares.

La carretera que allí me lleva es fantástica. Sobre verdes eucaliptos, gano altura en la vertical del tranquilo Cantábrico.


Tomo el desvío a izq. para subir a la zona del faro. Cuando llego al parking, una señal de prohibido el paso me espeta que: nones chaval, que no pasas con la amoto a tirarte unas afotos. Aprovechando que mi socio tiene hambre, y que uno siempre es complaciente con ese que vive bajo mis abdominales, tomo un desvío que allí existe para, sin saber, adentrarme en las ruinas de lo que fuera, en su día, un acuartelamiento militar Hispano-Yankee.

CABO ESTACA DE BARES.








El sol, que poco a poco, ha ido haciéndose fuerte, luce en el cenit. La temperatura es grata, mucho. Y allí, recostado sobre una granítica roca roma, preparo los víveres que porto y como.  Que guay. Pero guay del paraguay, eh...



Me tumbo al sol que mas calienta, y dormito unos instantes...ummhh...el zumbido constante del mar relaja lo suyo, pero debo irme. Aún me queda una tirada, y entre medias, otro cabo. Y entre medias, otro faro.




La bajada hacia Ortigueira me divierte, pero se antoja larga hasta comenzar a subir al primero -o último, según lo mires- de los cabos del mar Cantábrico, del Golfo de Vizcaya.







La llegada al Cabo Ortegal, es, simplemente, espectacular. Una subida dura por la pendiente, sobre un asfalto regular-malo, da, a continuación, con una bajada vertical de pocos metros hasta los pies del mismo faro.

CABO ORTEGAL.








Frente a este, vuelvo a ver Estaca de Bares. Los acantilados hacen que embobe complacido. Que guay. Pero guay del paraguay..eh.. ;-)






Me fui de Ortegal hacia El Ferrol, para tomar por una revirada  N-555, dirección a La Coruña.

La Coruña, -o A Coruña para los de allí-, es la tercera, o segunda, en dura liz con San Sebastian,- o Donosti para los de allí también-, ciudad mas bonita del norte costero. Se pide primer Santander, aaahhh se siente...jiji.

LA CORUÑA.





Paseo por La Coruña, pese a conocerla, con ganas. Es noche, hoy, de San Juan. Riazor, la playa coruñesa, a tope de chavales y gentes preparando las futuras hogueras nocturnas. Calles cortadas e infinidad de familias paseando por allí. Yo dirijo mis pasos al faro mas bonito e impresionante de los que conozco. La Torre de Hércules, venteada como pocas, impresiona desde la lejanía.








Hace un viento atroz, de verdad te digo, y el menda va en pantaloncito corto y mangas idem de idem....pese al sol, llevo mucho frío. Estoy destemplado.

Busco una guarida, que por supuesto encuentro, donde me entran las dudas respecto a la consumición a pedir...ummmhhh....en Galicia que tomarme puedo?.


Mientras los deseos arden junto a las brasas en la playa de Riazor, los fuegos artificiales me despiertan pasada la media noche. No me quise liar, que yo me lío, y sé, de sobra, que reviento el viaje fijo. Y luego todos los ibuprofenos del mundo mundial son pocos para quitarme el resacón, y no en las Vegas.


2º Día. La Coruña-Orense. 380 km.

Con el sol dando los buenos días comienzo esta jornada gallega. Tras prepararlo todo bajo al garaje del hostal coruñés.

Británica espera en un parking cutrecillo pero seguro. Cargo las cosas, y salgo por las calles, que, aún a esas horas, ven pasear a sanjuaneros nocturnos camino de sus casitas.



Sin envidiarlos -las resacas, en la playa- salgo de la ciudad poco a poco. Lleno el deposito y comienzo a buscar las carreteras secundarias que van hacia Santa Comba.



Por estas carreteras que te cuento, pasas por los pueblos mas típicos gallegos. Los hórreos, tan distintos y a su vez tan iguales a los asturianos, pululan en la huertas de las casas.


Los cruceiros, -algunos antiquísimos- crecen en los cruces de caminos, dando un aire mágico a las estradas gallegas.



Son prontas horas esas, y no me cruzo a penas con vehículos. Es festivo en la Comunidad.
Poco a poco me acerco, a un lugar del que no puedo recordar su nombre, a un puertecillo. En el horizonte, hace un buen rato, comienzo a ver las afiladas aspas de un parque eólico.




Llego antes del medio día a Corcubión. Retrato su pequeña y linda ensenada, repleta de botes y pequeñas lanchas.

CORCUBIÓN.


Sigo ruta por toda la costa, hasta llegar al pueblo de Finisterre. Recorro su pequeño y cuidado casco viejo. Las calles están animadas. Mucho peregrino que alarga, una vez finaliza su camino en Santiago, la ruta hasta el cabo, donde dicen, arribó el apóstol siglos ha.




Desde el pueblo hasta el cabo propiamente dicho, la carretera es disfrutona. Por el entorno y por las curvas.
El fin de la tierra, allí donde todo lo conocido se acababa, es un ir y venir de turistas. Retrato el cruceiro. Al fondo, el faro solo es peatonal. Como veo desde la distancia que está a tope de visitantes, huyo a unas pequeñas mesas escondidas entre la maleza para tomarme un coffee de los míos. Vistas preciosas de los acantilados es lo que ve un servidor desde allí arriba.

CABO FINISTERRA.







Terminada la visita, vuelvo a desandar el camino. Se hace un poco pesado volver hasta Santa Comba, pero es un paso obligado para poner rumbo a Santiago.



Entro en un caluroso Santigo. Como referencia tengo los campanarios de la catedral. Me lío, y termino llegando junto a la Comisaría de Policía, donde decido estacionar -pobre infractor- sobre la acera.

Con las pintas que sabes de sobra que llevo, camino entre las gentes mientras voy buscando el objetivo, o al menos uno de ellos, del día : el Obradoiro.

SANTIAGO.






Marcho de la capital gallega por la N-550 dirección a la ciudad de Pontevedra. Mientras voy rodando, pienso que no tengo víveres para estas dos jornadas. Pero lo malo de todo es que es festivo y todo está cerrado....todo todo no, en un pueblo de paso, veo a medio subir la persiana de un super DIA.

Como me ocurriese hace unos cuantos años en los garitos mañaneros de la capital española, que dejaban las puertas entreabiertas, del mismo modo, jugando con los horarios legales de cierre y aperturas...jiji...este Dia, como un after de aquellos años...igual pero mas tranquilo.



Una vez lleno la despensa voy llegando a Pontevedra. Recorro la práctica totalidad de su ría. Y buscando un lugar donde descansar y preparar el picnic, encuentro un gran parque repleto de enormes árboles. Al fondo, una cruz rememora batallas pasadas, cuando los franceses campaban a sus anchas por las península.

PONTEVEDRA.






Almuerzo sobre un banco, que, a su vez, me sirve de dura cama para una breve siesta. El calor es sofocante. La alameda sombrea al motero que, de nuevo, llama la atención con sus pintas y enseres.




La nacional que lleva desde Pontevedra hasta la vecina Orense es muy amena. Aquí el calor se dispara. Los viñedos han ido apareciendo hace algún tiempo, kilómetros atrás.



Entré en Orense por uno de sus puentes. Uno de ellos romano. Puedo ver desde esas alturas, y en marcha, que en una zona de la orilla del Miño, decenas de personas se bañan y toman el sol en una especie de playa  fluvial. Luego me enteraré que allí hay antiguas termas, donde mana el agua a diferentes grados de temperatura. Los romanos que eran muy listos ya las usaban cuando España era Hispania, y Portugal llamábanle Lusitania.

ORENSE.





Orense me gustó mucho, mire Vd. Es muy bonita, y no muy grande. El calor hace que vaya buscando la zona sombreada del casco antiguo.







Quise soñar esa noche que dormía bajo la sombra de cruces de granito, sobre mares azules y un faro donde terminaba lo conocido y comenzaba lo inexplicable. La mágica Galicia se dejaba hacer. Ya lo creo que si.



3º Dia. Orense-Cangas. 498 km.

Otra jornada soleada se prevé. Salgo con una temperatura mas que agradable, pese a ser las 08:00 h.
Tomo la N-120 dirección Monforte de Lemos, en la vecina Lugo.



Durante este matutino recorrido, voy rodando por la vera del río Miño. Las vistas se intuyen bonitas, pero por desgracia para mi el caudaloso río me queda en la margen izq. y no puedo parar en ningún lugar seguro, amén de la circulación, rápida y abundante, que no permite intentonas fotográficas.



Poco a poco, pese todo, intento disparar alguna foto. Sobre todo cuando voy viendo que paso próximo al famoso Cañón de Sil. Como no está en el orden del día, le prometo entre susurros que volveré con mas tiempo a visitarle.

Monforte, A Rúa, O Barco...y, ya inminente, el desvío al pueblo minero de Las Médulas. Minero, sino ahora, si hace de 2000 años. Cuando los romanos de Roma, aparte de conquistar y esclavizar, trajeron consigo la ingeniería. Prueba de estos son los muchos y fiables acueductos, puentes, y extracción de  minerales. Aquí el oro.

En tierras del Bierzo leonés, me desvío para visitar este lugar. Paso por Carucedo, donde retrato a Británica en una de sus bonitas calles.



Tras esto, por una carretera cómoda y con vistas, veo en la lejanía las paredes color rojizo tan característico del lugar. Las Médulas, como pueblo, poco que contarte. Rincones cuidados, con una bonita iglesia, un lavadero y algunos establecimientos hosteleros.









Todo el Bierzo es zona de historias y leyendas. Tras muchos siglos de peregrinaciones, en aquellos días, las ordenes militares tenían, entre sus misiones, el proteger a estos.



Los Pobres Caballeros de Cristo, los conocidos Templarios, eran una de esas ordenes que, en diferentes puestos estratégicos, tenían sus fortalezas listas para el combate.

En la leonesas Ponferrada, quizás, se encuentra el mas bonito y cuidado de estos castillos fortalezas. Lo vi poco antes de llegar, y sin querer, llegué a sus pies.

PONFERRADA.


Paré, pese a la prohibición, en el acceso a la zona peatonal. Caminé por su exterior e interior, por su seco foso y bajo los torreones y almenas de sus murallas. Entre estas, ves lo que siglos atrás, los monjes soldados, debieron haber visto.

CASTILLO TEMPLARIO.












Ensimismado, me apoyo en el baúl trasero de Británica, resistiéndome a marcharme del lugar. Cuando finalmente decido partir, sigo mi camino para visitar otra ciudad con historia y encanto: Astorga.

Aquí pararé en las cercanías de la, también, romana muralla. Junto a esta, en poco espacio, se encuentra una estiladísima y linda catedral. De igual modo, anexa a esta, Gaudí diseñó el palacio episcopal.
Un conjunto, todo ello, que atrae al visitante.

ASTORGA.







Va pasando el tiempo, y decido seguir ruta hasta León. Rodeo la capital para tomar rumbo norte por la N-530 hasta La Robla. Comenzará aquí un recorrido de pre cordillera. La carretera que circula entre esta localidad y Puebla de Lillo, pasa por valles a los pies de la Cordillera Cantábrica. Verde intenso, pastos ricos, y ganado, mucho, paciendo a sus anchas.

Siento un estómago quejumbroso, que dice so. Yo digo arre, al menos hasta que encuentre un rincón donde parar a comer.



Y lo encuentro ¡¡vaya que si!!. Saliendo de Boñar diviso el pantano de Porma. En un aparcamiento paro a sacar la foto de rigor, y veo que hay una mesita a orillas del agua. Uno de los enclaves mas bonitos donde haya comido.

PANTANO DE PORMA.






Comí y dormité, cual lagartija, al sol leonés. Saqué fotos bajo la sombra de los árboles, mirando semejante  fondo de pantalla que me daba la jornada.





Una vez comí, comencé el ascenso al puerto de Las Señales por una carretera estrecha y en regulares condiciones. Un entorno increíble, en soledad, es por donde voy rodando.










Pasado Tarna, ya en Asturias, iré bajando, tranquilamente, hacia Campo de Caso. Ruedo a orillas de los embalses de Tames y Rioseco, una zona muy bonita donde pararás si vienes, te lo digo yo.









Ya, antes de llegar a Pola de Laviana, tomo el desvío de la última tachuela de la jornada, La Faya de los Llobos. Ratonero, mucho, es el ascenso. Lo mejor, las vistas del valle.


Así llegué a la localidad de Nava, capital sidrera asturiana, y desde aquí hasta casa.









No deja de sorprenderme nunca esta España nuestra.
Vaya por donde vaya, circule por donde circule, a cada metro de asfalto que dejé atrás, hace que vaya grabando en mi disco duro particular cada lugar, rincón, color, montaña, pueblo, castillo o acántilado...etc, con que me cruzo....

                                          " ...Mater España, mas guapa que ninguna....." (J. Sabina)



Pd. Como siempre, te recomiendo que pases, o vuelvas, por estos rincones nuestros. Todos bellos y ninguno feo, todos suyos y todos nuestros....Cruceiros, faros, peregrinos...mágica tierra aquella por la que pasé, y hoy te conté.

Grandes abrazos le mando, oiga!! Pero de los grandes, eh... ;-)
Gracias por pasarte, amig@.
Gelu.

20 comentarios:

  1. Que viajes mas guapos te pegas, me ha servido para añadir mas notas para cuando viaje por allí.

    Gracias por compartir. Saludos

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    1. Gracias a ti Maes. Y no dejes de subir a esos faros...verás!!

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  2. Siempre sale una buena ruta coincidiendo con los diferentes caminos a Santiago . Ya tengo preparado el infiernillo para nuestra "Larga",hay que copiar del que sabe :-).

    Saludos

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  3. Cristalines, disfrutarás mucho, ya verás.
    El infiernillo a tope de gas...jajajaja..siempre.
    Saludos.

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  4. Bonitos lugares, preciosa ruta para tres días y excelente crónica.
    Yo eso lo haría en un solo día jajajaja...y me perdería la mayoría de cosas bonitas que tú nos muestras.

    Gracias por compartirlo Gelu

    V´´ss...

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    1. Gracias Paco. Rincones bonitos de verdad...
      Pocos kilómetros son para ti...jiji...además de verdad.
      Gelu.

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  5. Bonita ruta. Me quedo con alguno de los sitios -sobre todo de Asturias- para recorrerlo con la moto cuando haya tiemnpo...

    Gracias por compartirlos.

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    1. No dudes en pasarte cuando puedas por ellos, bonitos de verdad.
      Y gracias a ti por pasarte por estos lares.

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  6. Bonita ruta Gelu! Y tomaré nota de algunos sitios para nuestro viaje del verano. Eso sí, hoy voy a barrer para casa y recomendarte, si tienes oportunidad, de hacer una ruta por las Rías Baixas.
    Saludos.

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    1. Oído cocina!!! Una de Rías Baixas para la próxima... ;-)
      Saludos.
      Gelu

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  7. Menuda ruta, esta es de las que gusta y se disfrutan,
    saludosl

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  8. Gracias amigo. Ya sabes...a rodar!!!

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  9. Tienes que perdonarme, pero esta no la leí entera. No por nada, es que casi igualita la he hecho yo, acompañado de mi señora, no hace más de 3 años. Me encanta igualmente y sobre todo las fotos.
    Yo voy leyendo tus crónicas en sentido contrario a las agujas del reloj. Pues la primera que vi fue la última y ahora toca ir hacia atrás, para deleitarme con tus relatos y tus fotos.
    Sigo en ello, pero por hoy lo dejaré que quiero tener para más dias.
    Un saludo.

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  10. Gracias a ti por molestarte en leer. Mola mas ver las fotos, te lo digo yo..jajajaj.
    Saludos.
    Gelu.

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  11. Guapa ruta¡¡ Muchos lugares conocidos y todos merecedores de visita sin duda...
    A ver si me pongo al día que estoy algo desconectado de los blogs..
    Abrazotes,.

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  12. Hola,
    Buscando por internet, he dado con tu blog. Esta entrada me va a ser útil para nuestra escapada a Asturias. Sin duda, una grandísima ruta. Gracias por compartir.

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    1. Gracias José. Lo mismo te digo en cuanto a compartir tus kilómetros.
      Saludos.
      Gelu.

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  13. Fenomenal Gelu , como siempre. Me ha recordado una casi exacta, que hice hace unís años ya.
    Es la segunda crónica tuya, que leo hoy. Y no me canso tío. Fenómeno. Gracias por hacer que disfrute así. Ya que no puedo salir de ruta, esto me hace seguir sintiendome motero.
    Un abrazo. Nos vemos.

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