martes, 13 de noviembre de 2012

FRÍO SOL DE NOVIEMBRE...

Que gusto da salir a rodar en días como este. Días soleados, donde el sol meramente es aparente, y donde su función calorífica la tiene desactivada, nula por completo, pero ayuda a apreciar los colores intensos que nos ofrece el territorio Astur.


Días de trabajo y de lluvia no invitaban a sacar a la inglesa del garaje, pero hoy, por fin, en una jornada de descanso laboral, que amaneció frío y soleado, vestí la cordura y salí, como digo, en busca de sensaciones.

Ruta que me lleva hacia Arenas de Cabrales, por la carretera AS-114, en zonas sombrías muy tramposa por las humedades próximas a heladas, para visitar la preciosa iglesia de Santa María de Llas.

Santa María de Llas.

 
 
 

Tras pasar por este templo del románico asturiano, tomé la carretera AS-345, dirección hacia Arangas, también del concejo cabraliego.

Sierra del Cuera, sobre la carretera de Arangas...

Picos de Europa desde Arangas...
En la collada limítrofe entre ambos concejos...

Un vez superado Arangas, pasada la collada desde la que se ven nevados los picos de Cabrones y Torrecerredo, entramos en el concejo de Peñamellera Alta, dirección a su capital, Alles.

El pueblo de Rozagas, al fondo al fina cima del Pico Peñamellera...
 
Desde Ruenes los colores abruman, y el pequeño Cervino peñamellerense sigue al fondo...
 Esta carretera y, la zona por donde transcurre, me encanta. Enclavada en un valle a los pies de la Sierra del Cuera, ofrece unas vistas preciosas sobre todos los pueblos por los que uno pasa camino de su capital.

Al fondo, abajo, las aguas vierten sobre un profundo río Cares...
Es Alles pueblo de, ya lejanos, ricos emprendedores. Emprendedores, digo, vetustos, aquellos que a finales del siglo XIX y principios del pasado XX, marcharon, como otros muchos, hacia tierras americanas en busca de algo mejor para ellos -los que se iban- y los que aquí dejaban.

Alles.
 


Casa típica de indianos, varias alturas, torreón y palmera....unas cuantas hay en Alles.
 
Muchos triunfaron y regresaron, dejando en sus pueblos la muestra de ese triunfo profesional en forma de casonas y palacetes, llamados Casas de Indianos.  Con una arquitectura singular, muy suya, mezcla de ostentación y de valía, de lo que capaces que fueron allende los mares.

 Mirador Pedro Udaondo, en Asiegu.
 
 
 

Después, subida al mirador Pedro Udaondo, en Asiegu. Desde aquí, vistas preciosas del macizo central de Picos, con un Picu Urriellu gélido.

 
El regreso por la AS-114, carretera sombría, brillante y fría. En una mañana con un frío sol de Noviembre.

Saludos para tod@s.
Gelu.