jueves, 25 de abril de 2013

POR AQUITANIA: UNA COSTA, UNA DUNA Y UN PASEO....

Y porque había leído sobre ella, fui.
Porque me imaginaba sentado en su cima, fui.
Porque desde lo alto ves dos mares, uno azul y otro verde, fui.
Porque Británica quería quitarse las telarañas del invierno, fui.
Porque Gelu quería quitarse las telarañas del invierno, fui.
Porque disfruto con paseos por ciudades tan bonitas, fui.
Y porque todo eso estaba allí, simplemente, fui....

....Y ahora heme aquí contándote esta escapada que me llevó a rodar por una costa, subir una duna y pasear por una bella ciudad una fría tarde de Primavera.

Pero esto, amigo mío, te lo voy contanto mas abajo...que todo lo quieres saber muy pronto ;-)


Hacía mucho tiempo, demasiado, que cada vez que entraba en el garaje, Británica me miraba con recelo, con mosqueo, mas bien. Yo le hacía un mohín comprensivo y abría la puerta trasera que da al jardín. Allí, los dos, veíamos llover sobre el césped. Veíamos la niebla sobre los bosques de castaños. Veíamos la nieve en las montañas. Largo y lluvioso invierno este, nos decíamos.


Como te he dicho por allá arriba, había oído sobre la gran duna europea. La mayor de nuestro continente, dicen, que se encuentra en la costa oeste francesa.
La costa de Aquitania la conforman tres departamentos: Pirineos Atlánticos, Landas y Gironda.



Pasarás, si vas, aunque me da a mí que todo esto ya te suena -que lo se yo que no paras quieto en casa- por arenales kilométricos y otros tantos de lagos. Lagos tan enormes que tienen embarcaderos, y nada envidian en belleza a la masa de agua salada del Atlántico que se encuentra a tiro de piedra hacia el Oeste.
Todo esto veré en dos días, el tercero regresaré.

Venga va!!! Que arranco y nos vamos...

1º Día. Abril. Cangas-Capbretón. 403 km.

Aunque uno trata siempre de no demorarse en demasía en las partidas (y eso que vago solo) siempre hay algo que te hace dar vueltas. Siempre.
Sobre las 10:30 h. le doy al botón del rayo. El tricilíndrico cobra vida de nuevo. Coloco las maletas y me piro vampiro.

Hace sol y la temperatura es agradable. Mucho. Bendita primavera, pienso.
La ruta por la A8, exceptuando el sempiterno tramo Unquera-Llanes, sin novedad hasta pasado la salida de Renteria y Oiartzun, ya en Guipuzcoa, donde tomo la vieja carretera hasta Irún. Aquí será donde comenzará la ruta.

Entra uno en Francia por el viejo puente mas próximo a la bella bahía de Txingudi, justo frente a Fuenterrabía. Paso por la estación de tren de Hendaya, y me dirijo hacia la zona residencial de la ciudad francesa. Casonas, palacetes, chalets, casino, playa enorme y un puerto deportivo de lo mas coqueto, es lo que por aquí vas a ver. Ahora se circula bien, por el verano está impracticable de circulación, creeme.


 Hendaya.

 

Me acerco al puerto pesquero, minúsculo en naves y lonjas, mas dado a los amarres deportivos. Cerca de las instalaciones de la marca TRIBORD. Desde aquí tienes unas vistas fantásticas de Irún y la zona vieja de Fuenterrabía. Muy chulo. De verdad.

Hendaya.



Comienza, comenzó ya desde Zarautz, un calor sofocante. La térmica y el forro no ayudan. Paro y me lo quito a la sombra del Casino.

Hendaya.


Continúo viaje hasta San Juan de Luz, el siguiente destino. Este tramo es de lo mas bonito de la ruta. Carretera que me lleva sobre los acantilados, donde paro a disparar unas fotos. Aprecio, ya en Socoa, las vistas guapas guapas del fuerte-fortaleza, que protegía la entrada a la ensenada, allá por el lejano XVII, de los ataques de los bravos  mesies espagnoles...jiji.

 Carretera a San Juan de Luz.

 

 Socoa.
 

San Juan, en su entrada, me recibe con una obra y su consiguiente atasco que hace aminorar el ritmo. Sigue haciendo calor, demasiado. Los escapes del bus urbano que me antecede me están torturando. Bramo, mucho. Tras el desahogo, me escapo hacia la zona de la lonja para quitarme el bus y sus gases, y  fotografiar el puerto. Paso sin meterme en su arenal, pues el ajetreo de vehículos es un poco pesado.

San Juan de Luz.


Continuamos??...

Desde aquí hasta la bellísima Biarritz, la carretera D810 se me antoja interminable. Por Getaria (la francesa, no confundir) y Bidart, multitud de rotondas, semáforos,etc, ralentiza la marcha. Me meto en el centro de la ciudad buscando su paseo marítimo, que pasa bajo el Casino. A la altura de la playa paro de aquella manera, me bajo rápido y tiro unas fotos. Es increíble, la playa está hasta la bandera de gente. Con treinta grados cayendo a plomo también yo estaría luciendo blancura. Fijo.

Biarritz.

 
 
 

Continúo por el paseo,  rodando sobre unas calas chulísimas y su protegido puerto. Hoy repleto de amarres deportivos, otrora ballenero.
Sobre mi, en las alturas, veo los palacetes y edificios que tan famosa han hecho, desde el siglo XIX, la urbe balnearia. Por aquí lucia palmito Victor Hugo, pero sin tanta lorza y bikini a su alrededor. Eso lo se yo, pero no el bueno de Victor.

Biarritz.


 


Cuando corono el paseo de Coté des Basques, paro a ver como decenas de surferos deslizan -mejor o peor- sus tablas por el Cantábrico. Observo, también, que se está levantando un nordeste importante. El tiempo está avisando cambio. Ummmmhhh.....

Biarritz.

 
 

Tras otra ración de rotondas con patatas , voy adentrándome en la vecina Bayona. Buscando la catedral de Notre Danme, me lío y cruzo un puente. Paro junto a los pies de la iglesia de Saint André, en la Petit Bayonne, que hará sus veces de testigo de paso.

Bayona.
 
 

Salí hacia Tarnos, Ondre y Labenne, llegando a Capbretón. La entrada a esta urbe residencial que mira al mar, se sucede por otra tirada de semáforos y cruces circulares (lo que viene siendo rotondas). Por el paseo, frente al puerto deportivo, llego hasta el hotel. Próximo a la playa.

Capbretón.

 
 

Estaciono a Británica, cojo sin rechistar la chambre asignada, y me llevo la primera sorpresa al mirar el teléfono. No tengo señal, fuckkkkk!!! Trasteo por sus tripas electrónicas, anulando-activando opciones, y verdes la he segado. Pufff!! Como para tener un problema y necesitar el dichoso aparato. Al menos la wifi del hotel me saca del apuro. Tras mentar algo el santoral acordándome de Orange, me ducho y salgo a pasear por esta semi vacía población.

Tres tipos duros en Capbretón......  ;-)

 
 

Capbretón es ciudad de verano. De veraneantes. Casas cerradas y locales ídem de ídem. Algún restaurante y bar ya están con la temporada. Flojo, muy flojo todo. A todo esto, el cielo torna a encapotarse. Se levanta un vendaval terrible que hace muy molesto caminar por su arenal. Las olas encabritadas ganan altura fácilmente.

Capbretón.

 
 

Entonces, observo un osado velero salir por el canal hacia mar abierto. El irresponsable capitán va acompañado de varios grumetes. Ni uno con el correspondiente salvavidas puesto. La proa elevándose mas de dos metros. La fuerza con la que Eolo pone a prueba el titulo gabacho de P.E.R (patrón embarcación recreo) hace que la amura pase a ras de uno de los muros de la bocana del canal, librando (por los pelos)  por estribor unos cuantos euros de arreglos en fibra de vidrio. Con las mismas, por supuesto, vuelta para el puerto. Los chavalinos con su aventura para contar en el cole, y el papá-capitán con los cataplines mas abajo que la quilla.

Capbretón.

 
 

Tanta acción náutica me da la sed. Largo amarras y busco cobijo en un bar-restaurante del marítimo. Protegido del vendaval por la cristalera, entre apuntes y notas, la caña entra de maravilla.
Atardece en Aquitania.



Regreso al hotel, preparo los potos y ceno. Por la tele, una guapa rubia madura me dice (en francés de Francia): mañana prepara el traje de agua, Gelu. Ok, (le dije en español, de España).
Miro el correo... me quedo sopa.
Fuera, el viento ha dejado se soplar.
Escucho llover.

2º Día. Abril. Capbretón-Burdeos. 407 km.

Son las 07:00 h. Antes de que ese teléfono que tengo -y que ahora solo me sirve de despertador-, suene, me despierto.
Hago lo que por instinto suelo hacer/cemos (y no me refiero a la micción matutina, que también): miro por la ventana.
No llueve, o al menos ha terminado recientemente de hacerlo. Eso me alegra.




Tras preparar las cosas, bajo hasta Británica. Está mojada. Arranco. Aprovecho para secar algo el asiento.
La bajo del caballete y me largo a ver mi duna.



La salida de Capbretón, a las 07:30 h. de la mañana es tranquilísima. Divertida de rodar. Ni un alma. Pocos coches que, supongo, van al trabajo.

Hoy me queda mas de 10 horas por carreteras secundarias. A diferencia con la jornada de ayer, esta parte de la costa de Aquitania carece totalmente de acantilados. Hasta la Pointe de Grave, la costa es un constante arenal. Ora estrecho, ora mas ancho. Siempre arena. Fina y blanca arena.

Reserve Naturelle du Courant d'Huchet


Los espacios costeros, aquí, están mas protegidos. Las edificaciones, como las carreteras, están centenares de metros tierra adentro. Los pueblos, todos preciosos. Sus casas de madera, todas preciosas. Materia prima no les falta. Te lo digo yo que regresé hace nada de allí.

Voy rodando por la D79. Sin un alma. No muy rápido. La verdad que es una delicia. Paso por los pueblos de Vieaux, Messanges, Moliet-et-Mass. Aquí tomaré la D328 y me adentro en la Reserve Naturelle du Courant d'Huchet. Te digo que desde aquí hasta Pointe de Grave, el pinar de las Landas es el bosque mas grande de Europa Occidental. Creado por el hombre para fines industriales, además sirve como barrera natural para el avance imparable de los arenales costeros.


La carretera por la reserva es estrecha. Una delicia que gocé, mucho, solo. Nada de nada. Ni un vehículo. Tiene pinta de ser una vieja pista forestal asfaltada.

Entro en Liet-et-Mixe. En el centro de villa paro para cambiar las hojas del mapa. Huele, huele mucho a pan....ummhh.

Liet-et-Mixe
 
Después continuo hacia Mimizan. Cruzo la urbe sin desviarme hacia su playa. Aquí comienza una serie de tres lagos que llega hasta, casi, Arcachón.

Sainte-Eulalie-en-Born

 

Rodeo el primero (mas pequeño) y sigo hasta el pueblo de Gastes donde paro a tirar unas fotos. Mucho camping y bares que van tomando forma de cara a los meses venideros.

Gastes.
 

Cuando llegas a Biscarrosse, tienes dos opciones para ir a su playa: una subir bordeando el lago, y la segunda ir directo hacia la playa. Yo elegí la carretera que tu hubieras elegido.... la del lago....Mira que eres!! Te las sabes todas!!.

Lago de Biscarrosse.

 


Por el lago paré junto a unos embarcaderos muy guapos. El cielo tornaba a gris, pero no iba mas allá.
Veleros amarrados que posaron sin pega para mi.
Luego, de seguido, vas poco a poco hacia la costa. Hacia la playa de Biscarrosse. Este trozo es de lo mas divertido. En un sube y baja constante, curveado y con buen firme, llegas a las primeras rotondas de la playa.

Playa de Biscarrosse.


Infractor?? Señal vertical y horizontal??....ummmhhh...
Mucho surfero, de nuevo, se aprecia abajo. Desde donde estoy la playa queda a una veintena de metros. Extensísima playa. Mucho.
Tras esto, continúo hacia Pyla, mi duna. Que ya se intuye en la distancia.

Como te dije, sin darte mucha cuenta, comienzas a divisar hacia el Oeste, entre los pinos, la primera parte de la gran duna.
Había decidido intentar ascenderla por un camino que hay entre dos campings que allí trabajan. Estaciono a Británica cerca de la carretera. Guardo todo lo que puedo en los baúles, llevándome únicamente la bolsa sobre depósito.

 Dune du Pyla.


Según me acerco me voy maravillando. Que altura, por Diós!! Comienzo con brío, y sin llevar cuatro metros me desfondo.....pufff....Fuckkkk!! Paro, sin resuello. Me hundo hasta la rodilla. Piso y me deslizo...piso y me deslizo...para abajo, por supuesto. Saco alguna foto con la escusa del descanso. Sobre mi casi 100 mt. de arena vertical. Veo una pareja caminando por la crestería cimera, con un crío!! Pero bueno, Gelu -me digo- donde está aquel maratoniano por montaña, donde....


Descubro a mitad de duna que justo a un centenar de metros, a la derecha, hay una escalerilla hasta mitad de ladera. Hombre nomejodas!! Cuando consigo llegar a esta, la gente que sube me mira con asombro....un tío con botas, traje de cordura y una bolsa de la mano...En fín.
Consigo llegar, y el espectáculo, desde allí arriba, es impresionante. La entrada de la bahía de Arcachón se abre sobre unos arenales que, casi casi, forman islotes.


Kilométrica duna, esta, que recorre esta parte del litoral francés. Desde arriba, miro hacia el Este. Otro mar, de color verde, llega hasta donde alcanza la vista. Ahora entiendo la doble función del bosque de pinos de las Landas.


 
 

Me siento en la cúspide, junto a un indicar de dirección del viento para los parapentista que vuelan desde aquí. Me como una golden (una manzana, no una perra) mirando al mar. Indescriptible. Pongo el trípode a la cámara para retratarme y tal. Cuando me doy cuenta, el equipo, a causa de una racha de fuerte viento, se va a la arena. Oooooohhhhhhh...hay granos por el objetivo que consigo sacar. Lo peor son los que hacen que la lentillas protectoras del objetivo se queden a medio gas. Ni se abren ni se cierran. Lo que hace que las fotos queden cortadas a la miad. Estamos apañaos!!


 

Desde ahora tengo que tirar  las fotos, que por aquí abajo irás viendo, con el móvil. Si, además de despertador, ahora valdrá de cámara. Benditos coreanos!!.

Por mi siniestra los parapentistas hacen estáticos sobre una térmica. Por mi diestra una pareja se hacen arrumacos. Y yo entre medias: envidiando a los unos y enviando al otro....O tal vez no.



Me fui de mi duna mas feliz que una lombriz. Pese a la mala leche que me entró con lo que te conté antes, se, que bajo el casco, voy sonriendo.

Evito entrar en Arcachón por su circunvalación A660, voy pillado de tiempo. Bordeo la gran bahía, y me paro en el pequeño puerto de Adernos. Esta zona está plagada de semáforos. Un poco rollo, la verdad. Tiro un poco mas....

 Adernos-les-Bains.


Llego hasta Lacanu. Paro para cambiar la página del plano. Me retrato bajo la iglesia del pueblo, al igual que su vecinas del sur, con un campanario estiladísimo.

 Lacanu.



Sigo hacia el norte. La siguiente parada es  La Pointe de Grave.
Aquí llego hasta sus dos faros. Uno da al estuario, orientado a su puerto industrial y de viajeros. La zona para acceder está llena de arena. Con cuidado llego hasta el aparcamiento. Sobre mi cabeza existen restos de trincheras de la guerra europea del XX. Y, como no, otro arenal. O el mismo que me viene acompañando desde Capbretón.

 Pointe de Grave


Bajo y firmo en la arena. Tiro fotos. Paseo. Me entra el hambre.
Sobre un banco, de esos de hormigón, de los que a mi me gustan, me como una ensalada. Solo, allí, me siento muy bien. Tras la comida, me tumbo al sol. Que gusto, por favor....

 


 
No quiero llegar muy tarde a Burdeos. Calculo que me pilla la hora punta. Ummmhh....Con paciencia, my friend.

Entro en la variante de Burdeos, que es un cacho larga. Y tomo la salida 21 para bajar cerca de la estación de ferrocarril. Cerca, bastante, tengo el hotel.

 Burdeos.
 
 

 
 

Tras la ducha reponedora, en un baño que ni los de un submarino, salgo a pasear por esa gran urbe gala.
Una preciosidad de ciudad. Camino por el margen del río Garona. En un codo del río, observo, a un lado, el puente de Pierre, y al otro, el nuevo y levadizo de Chaban-Delmas. Bonitas vistas. Si señor.


 


 
 
 
Me adentro por el centro histórico; por una alameda cruzada por la vías de tranvía; bajo la catedral; bajo las muchas iglesias...por.. por.. por....es preciosa toda ella.
 El paseo se alarga hasta que las gentes han ido desapareciendo de las terrazas y calles. Mas allá de las nueve de la noche, la vida, aquí, se va ralentizando.


 

 De repente me siento cansado. Mucho. Y voy retirándome hacia mi cuchitril. Dormirá mejor, hoy, Británica que yo. Estoy seguro de ello.


Tras cenar de campaña, me quedo frito viendo al bueno de Douglas, en El Último Tren a Gun Hill, abatir a Quinn en un tiroteo entre dos viejos amigos.

3º Día. Burdeos-Cangas. 568 km.

Me despierto sobre las 08:00 h. Lo preparo todo y salgo por la rampa del parking. Aunque el cielo está feote, gris, no llueve.

Salgo sin problema de la city. Mucha circulación. Yo entraré en la autopista que, ya no dejaré hasta llegado Santander. Aquí me desvío a la capital cántabra para comer con mi familia.

Barro-Llanes.

 

Ya, por la tarde, entrando en Asturias, tras haber aguantado el agua intermitente que me acompañó hasta Bilbao, el sol se alza victorioso sobre un cielo azul intensísimo. Los regresos siempre me dejan un sabor extraño. Así que hice lo que hubieses hecho tu con semejante atardecer, y me fui hasta la costa de Llanes. En concreto a la playa de Barro. Allí, nos despedimos, Británica y un servidor, de ese agua hermana de la que moja, en esos instantes, los pies de la gran duna de Pyla.

Niembro-Llanes.


 

Pd. Te recomiendo, aunque no me lo preguntes ( ya ves que te tengo a bien) esta escapada. Quizás muy apresurada en la preparación y lugares a visitar. Seguro.
Tu eres mas metódic@ y lo harás mejor.
Ya te digo, que mi única aspiración, en principio, además del mero hecho de rodar y desquitarme de este húmedo invierno, era la de sentarme sobre Pyla. Era pasear por la urbe francesa con gran sabor a historia y nombre de vino caro.

Lo peor, muchas rotondas y semáforos entre San Juan y Capbretón que ralentizarán tu marcha. Sobre todo en días soleados y veraniegos. Cuando el trasiego crece.
Lo mejor, meditar desde semejante atalaya, allá arriba.

Para mi, rodar y rodar, ligero y solo.

Pd 2. Una semana después de llegar paso por un problema familiar grave en Santander. Así es la vida, no?...Alfa y Omega.
En los momentos cuando mas aprieta el dolor, me descubro soñando con aquellos acantilados; con aquellas rectas solitarias; con un oceano verde; con altos campanarios; con veleros de agua dulce; con una duna que me pudo; con una siesta en Grave..............con aquellas flores de Burdeos.....


Mil gracias si has llegado hasta aquí leyendo, bendit@ seas...jajajaja....
Un fuerte abrazo amig@ mío.
Gelu.





6 comentarios:

  1. Que pasada de ruta!! me ha encantado. Que envidia!!

    Enhorabuena y Fuerza ante la adversidad! Parece mentira la (fuerza) que nos da este mundo a veces, eh? En este caso tu ultimo viaje, en otros el próximo.

    Un saludo.

    ResponderEliminar
  2. Gracias, Maes. Así es la vida.
    Me gusta que te guste.
    Un saludo.
    Gelu.

    ResponderEliminar
  3. Sueña siempre con esos acantilados.. esto no es más que un sueño ;)
    Fuerte abrazo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias Slow....Todos tenemos algún acantilado..
      Saludos
      Gelu.

      Eliminar
  4. Hola Gelu, preciosa ruta y fotos. Sobre todo me encanta la foto de cabecera.
    La idea de escribir el apellido de tu amiga en la arena es genial, si algún día tiro por alguna playa te voy a imitar jejeje, pero será difícil, aunque la tengo cerca, soy mas 'cabra que tira al monte'.
    Salu2
    Dorita.

    ResponderEliminar
  5. Me gusta que te guste.
    Por supuesto!! No dejes de firmar...en arena o en montaña. :-)
    Saludos, y gracias por pasarte.
    Gelu.

    ResponderEliminar